Quizá la imagen que tenemos de un hacker sea por culpa del cine, y es que en este siempre le ponen las mismas características. Bastante curioso si señor...
- Los hackers sólo comen pizza, o en su defecto hamburguesas u otro tipo de comida rápida de aspecto bastante vomitivo.
- Los escritorios de los hackers están muy desordenados. No suelen faltar cajas de pizzas con restos y CDs por doquier.
- Es posible traspasar casi instantáneamente 50 millones de dólares desde una cuenta en los Estados Unidos a otra en las Islas Caimán sin mayores problemas.
- Utilizan sistemas operativos desconocidos por el resto de los mortales.
- Es fácil saber cuando un virus ha invadido el sistema: una calavera aparecerá en la pantalla.
- Si son hombres y llevan gafas, hay un probabilidad bastante alta de que se les rompan en el momento de mayor tensión.
- Sudan delante del ordenador. Y mucho además.
- No suelen necesitar programas para descubrir las contraseñas. Normalmente les sobra con romperse un poco la cabeza e introducir claves a diestro y siniestro hasta dar con la adecuada, muchas veces en el último segundo.
- Existen conexiones Wi-Fi de alta velocidad en cualquier punto del planeta y todos los organismos del mundo tienen sus servidores conectados a internet. Así, el héroe o el villano no tienen problemas para acceder a una base de datos sensible de la CIA a las 2 de la madrugada desde un coche aparcado junto a un puente del siglo XI sobre el río Garonne, en Toulouse (Francia).
- Da igual cuál sea la capacidad del disco duro; se podrá borrar en unos segundos, cuando el hacker escuche que el enemigo acaba de entrar en casa. Por contra, copiar un pequeño archivo lleva varios minutos.
- Un teléfono puede quedarse sin batería en el momento más inoportuno. Un portátil… raras veces, por no decir nunca.
- En contra de lo que cabría esperar, cuando se hace zoom sobre una foto la ampliación no pierde resolución, sino que aumenta conforme a la ampliación. Una imagen no se verá pixelada nunca.
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